miércoles, 25 de abril de 2007

Los docentes cortan rutas en Santa Cruz

RIO GALLEGOS.- En una ciudad casi militarizada, los docentes en huelga endurecieron ayer su plan de lucha con una serie de medidas sorpresivas que incluyeron cortes de rutas, la toma pacífica de edificios públicos y escraches a funcionarios enfrentados con la dirigencia gremial. Todos los canales de diálogo entre el gobierno provincial y el sindicato docente están cortados, ocho semanas después del estallido del conflicto. La carpa blanca frente a la gobernación santacruceña sigue en pie y repleta de manifestantes, mientras las autoridades exigen que se levante la huelga para empezar a discutir. Nada de eso parece estar cerca de ocurrir. En la zona de frontera con Chile, un grupo de docentes cortó un rato cada media hora la ruta que comunica las localidades de 28 de Noviembre y Río Turbio. "No queremos molestar a los habitantes de la localidad, pero sí recordar que estamos en lucha", dijo una docente apostada en el camino. En el otro extremo de la provincia, en Puerto San Julián, los maestros decidieron cortar la ruta nacional 3. Instalaron un piquete y lo levantaban cada media hora, después de entregar volantes a los conductores. La 3 es la ruta nacional más importante del sur del país, con fuerte circulación de tránsito pesado. En Río Gallegos también subía la tensión minuto a minuto. Durante tres horas, unos 200 maestros ingresaron en el edificio del Consejo Provincial de Educación y realizaron una "toma pacífica". Otros manifestantes esperaron afuera, presionando con bombos y cantos. En el pasillo de ingreso, el delegado de la filial local del gremio, Ernesto Velásquez, y otros maestros tuvieron un diálogo acalorado con Silvia Esteban, titular de la cartera educativa. "Vinimos aquí a pedirles que nos fijen fecha y hora de un audiencia como prueba de que el gobierno tiene voluntad de dialogar", le dijo Velásquez a Esteban, en un cruce del que fue testigo LA NACION. "No es algo que yo pueda decidir, yo elevaré el pedido de ustedes a mis compañeros, pero no es algo que pueda definir", respondió la funcionaria. Allí y en la charla posterior que tuvo con dos maestros en su despacho, Esteban descartó que fuera a declararse la emergencia educativa, como sí ocurrió en la provincia de Neuquén tras la huelga que siguió al asesinato del docente Carlos Fuentealba. Una medida de ese tipo permitiría que el gobierno reemplazara a los docentes en huelga. La presencia de los maestros en el edificio generó una presentación judicial por "obstrucción de paso al personal del lugar". Hasta allí llegó el fiscal de instrucción Andrés Vivanco, que en diálogo con la prensa descartó que los manifestantes hubieran molestado o bloqueado el ingreso de los empleados del Consejo de Educación. "Los testimonios indican que no hubo problemas aquí", dijo Vivanco. Cerca de allí, los docentes siguieron con su plan de "escrachar" en público a funcionarios locales: ayer le tocó a un concejal justicialista que se encontraba en un bar tomando un café. Al rato, tuvieron que evacuar el Ministerio de Economía por una amenaza de bomba. Denuncia oficial El gobierno provincial, por medio de un comunicado, repudió "los actos de atropello y de violencia que se están sucediendo en el ámbito provincial". Según el parte, hubo un "ataque a la integridad física de la presidenta del Consejo, como también a funcionarios y empleados que están desarrollando sus labores". LA NACION pudo ver que el único que recibió insultos en la puerta del Consejo de Educación fue Osvaldo Polo, vocal por parte de los padres y organizador de una marcha contra la huelga. Pese a que el gobierno convocó a la paz social, ayer por la mañana cerca de 10 gendarmes ingresaron en la Legislatura y rápidamente se colocaron vallas metálicas alrededor del edificio. Mañana habrá sesión y es posible que no se permita el ingreso de los huelguistas. La ultima sesión culminó con la toma del edificio. Esa metodología volvió a ser aplicada anteayer en Río Turbio, donde un grupo de padres decidió tomar la sede de la Municipalidad. La protesta continuaba anoche: los manifestantes piden a los concejales que tomen resoluciones para abrir el diálogo. El intendente Matías Mazú dijo ayer a LA NACION que, pese a la presencia de la gente en la planta baja del edificio, "las tareas continuaron con normalidad". Las protestas se reproducen en todo el mapa provincial. En Caleta Olivia, los docentes llenaron de pañales la intendencia, como forma de protestar contra el jefe comunal, Fernando Cotillo. En Pico Truncado, pidieron al intendente Osvaldo Maimo que explicara la solicitada en la cual los intendentes les exigían a los docentes el regreso a las aulas. Todo aquí es revuelo permanente. Las bajas temperaturas siguen castigando por igual a maestros, policías y gendarmes, frente a la gobernación. Sobre todo en la noche el clima es cruel: la sensación térmica se ubica varios grados bajo cero. Pero todos siguen en sus puestos.

Por Mariela Arias Para LA NACION

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